Uno no es feliz de la noche a la mañana, sino que trabaja en ello un día tras otro. La felicidad se construye, y eso exige esfuerzo y tiempo. Para ser felices, tenemos que aprender a cambiar nuestras propias vidas.
Curiosamente, la puerta de la felicidad no se abre hacia dentro, quien se empeña en empujar en ese sentido sólo consigue cerrarla con más fuerza. Se abre hacia fuera, hacia los otros. No busquemos la alegría en grandes profundidades lo primero es la paz interior, con ella, la alegría está asegurada pase lo que pase.A pocos se les ocurriría afirmar: “Te amo y te seré fiel….con la condición de que no tengas defectos” No estaríamos ante una declaración de amor, porque equivaldría a decir “ Te quiero, siempre y cuando no seas una persona real (sino ideal, utópica),procura adquirir las virtudes que crees que le faltan a los demás y no verás sus defectos, porque no los tendrán ustedes.
viernes, 19 de junio de 2009
Publicado por Florencia en 8:08
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